TRASTORNOS DE ANSIEDAD

La ansiedad es un fenómeno que experimenta cualquier humano en condiciones normales, mejora el rendimiento y la adaptación al medio. Su finalidad es la de movilizarnos o huir ante situaciones peligrosas, amenazantes o en las que se pone en juego algo importante para nuestra vida. Con el fin de que pongamos en marcha las estrategias necesarias para evitar el riesgo, neutralizarlo, asumirlo o afrontarlo adecuadamente. Tiene de base la emoción de miedo, preparada en nuestro organismo ante situaciones que amenazan nuestra integridad física, con el fin de que nos movilicemos para ponernos a salvo.

Cuando la ansiedad supera ciertos límites (los cuales varían de un individuo a otro)  o cuando aparece ante situaciones que no son realmente peligrosas o que, incluso, son deseables de forma objetiva, se convierte en un trastorno y una problemática de salud y de adaptación, que impide el bienestar e interfiere significativamente en las actividades de la vida cotidiana, familiares, sociales, laborales e intelectuales.

Algunos de los síntomas característicos de la ansiedad son:

• Síntomas físicos: taquicardia, palpitaciones, opresión en el pecho, falta de aire, temblores, sudoración, molestias digestivas, náuseas, vómitos, alteraciones en la alimentación, tensión y rigidez muscular, cansancio, sensación de mareo e inestabilidad, etc.

• Síntomas psicológicos: inquietud, agobio, sensación de amenaza o peligro, ganas de huir o atacar, inseguridad, sensación de extrañeza, temor a perder el control, incertidumbre, dificultad para tomar decisiones, etc.

• Síntomas conductuales: estado de alerta e hipervigilancia, bloqueos, torpeza o dificultad para actuar, impulsividad, dificultad para estarse quieto, etc.

• Síntomas cognitivos o intelectuales: dificultad de atención, concentración y memoria, aumento de despistes y descuidos, preocupación excesiva, rumiación, pensamientos distorsionados e inoportunos, sensación de confusión, tendencia a recordar sobre todo cosas desagradables, etc.

• Síntomas sociales: irritabilidad, dificultades para iniciar o mantener una conversación, verborrea, quedarse en blanco, etc.